HACIA EL INTERIOR
Cuando el alma intenta entrar en la comunicación con el Señor, lo primero que tiene que hacer es vivificar la presencia del Señor, después de dominar y recoger las facultades. El alma ha de tener muy claro que Dios está objetivamente presente en su ser entero al que comunica la existencia y la consistencia. Habrá que recordar que Dios nos sostiene. No es El caso de la madre que lleva a la criatura en sus entrañas, sino que, en nuestro caso, Dios nos penetra, envuelve y sostiene.
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Sed de Dios
Salmo 63
Esta “Sed De Dios” es el clima interior de algunos salmos. Concretamente, la tesitura general del salmo 63.
El salmista entra impetuosamente. Irrumpe en el escenario con una fuerza vehemente: «Oh, Dios, Tú eres mi Dios, por ti madrugo; mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti, como tierra reseca, agostada, sin agua».
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EL POBRE DE NAZARET ENTRE LOS PECADORES
El bautismo de Juan tenía carácter penitencial: era un baño de agua que simbolizaba la purificación de los pecados; por eso Juan predicaba a la orilla del río, y quienes acudían a sus márgenes "confesaban sus pecados" (Mt 3,6). Marcos nos dirán que el bautismo de Juan era un signo de conversión, un rito "para el perdón de los pecados"
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¡NAVIDAD! ¡CONTEMPLACIÓN Y SILENCIO!
¡Venid, hermanos, subamos a la montaña de Dios para contemplar una Gran Luz!
Los cerros serán abatidos, las curvas enderezadas y las asperezas se tornarán en suavidades ¡Venid, hermanos, a ver al Amor!
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EL “SI DE MARÍA” MADRE DEL ADVIENTO
La escena de la anunciación está palpitando de una concentrada intimidad. Para saber cómo fue aquello y qué aconteció allí, es necesario sumergirse en esa atmósfera interior, captar, más por intuición contemplativa que por intelección, el contexto vital y la palpitación invisible y secreta de María. ¿Qué sentía? ¿Cómo se sentía, en ese momento, la Señora?
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Práctica liberadora
El hombre es esclavo de sí mismo y de sus apropiaciones, y la esclavitud consiste en la idolatría o egolatría: todo su problema está en desplazar al “dios-yo” y reemplazarlo por el Dios verdadero. El problema, pues, es uno: vaciarse verdaderamente de sí mismo, extinguir la llama del yo, ir desprendiendo pacientemente las mil y una adherencias y apropiaciones.
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Padre Ignacio Larrañaga, Noveno Aniversario de su Pascua
Hoy te pedimos Padre Ignacio que intercedas por nosotros, los Guías del mundo entero, para que seamos capaces de abrir siempre nuestro corazón en abandono y confianza al “Amor infinito del Abbá”.
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Hijos de la Eternidad Salmo 90 (89)
Después de extender la mirada sobre el tiempo pasado, el salmista trasciende todos los tiempos, y, con poderosas palabras, se coloca en un presente que abarca el ayer y el mañana; y entregándonos una misión llena de grandeza, proclama el eterno presente de Dios. Efectivamente, en el fondo del salmo se mueve la majestad divina como una corriente perenne, eternamente igual a sí misma, en contraste con la incesante mudanza de la condición humana.
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NOS OLVIDAMOS DE LA CRUZ
En la festividad de San Francisco de Asís, octubre 4, compartimos este hermoso texto tomado del libro “El Hermano de Asís”.
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A Su Encuentro
Hay muchas maneras de salir al encuentro; se puede salir al encuentro del amigo, del enemigo, de la muerte. El marinero sale al encuentro del mar. Nicodemo salió de noche el encuentro del Maestro. El Salmista, también de noche, sale al encuentro del Amado.
Jesús, en Getsemaní, de noche también, salió al encuentro de Judas y de la cohorte. Nos dice el evangelio que “un gran gentío, habiendo oído que Jesús venía a Jerusalén, tomaron ramas y palmas y salieron a su encuentro”.
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La vía que va de la pobreza al amor
Comencemos por desplegar ante los ojos del lector dos enormes lienzos que, como llamas altísimas, darán resplandor a toda la actuación, dichos y hechos, de Jesús:
"Recorría Jesús toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Su fama llegó a toda Siria; y le traían todos los pacientes aquejados de enfermedades y sufrimientos diversos, endemoniados, lunáticos y paralíticos, y los sanó. Y le siguió una gran muchedumbre de Galilea, Decápolis, Jerusalén y Judea, y del otro lado del Jordán" (Mt 4,23-25).
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Un himno a la alegría
La profundidad, he ahí la cuestión. Donde hay profundidad, hay vida. Donde hay vida, allí está el hombre. Y donde está el hombre, allí están conjuntamente la alegría y el dolor.
Desde la profundidad saltan, como vivos resortes, los grandes surtidores; y tanto más arriba llegarán cuanto más hondo sea el subsuelo de donde brotaron.
El dolor y la alegría tienen un mismo calado. Calado es la profundidad a donde llega la quilla de un navío, en relación y a partir de la línea de flotación. La hondura que alcanza el gozo, alcanza también el dolor. Tanto se sufre cuanto se goza, y viceversa.
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