Mercedes González de Mendoza
Me enteré del Taller por mi amiga Rosario, compañera de mi grupo del Taller. Me lo comentó en la parroquia de Nuestra Señora de La Palma de Algeciras, y no dudé en apuntarme. Terminamos el Taller el sábado 22 de Febrero y reconozco que ha sido todo un acierto, no me arrepiento.
A lo largo de estas 14 semanas, he comprendido muchas cosas que antes no entendía o desconocía. Y todo lo que he aprendido lo he llevado a la práctica en mi vida diaria.
Me ha servido de “terapia” para afrontar una situación difícil de mi vida, que arrastro desde hace tiempo. Animo a todos a que realicen un Taller de Oración y Vida, nadie lo dude porque el resultado será maravilloso.
Yo he salido muy fortalecida. Estoy muy contenta y agradecida. Muchas gracias.
Isabel María Benítez
El Taller que he terminado el 22/02/25 es el segundo que hago. Pertenezco a la Parroquia de Nuestra Señora de La Palma de Algeciras, y en ella he realizado este Taller. A pesar de haber hecho otro Taller anteriormente, este ha sido, para mí, como si fuese el primero. Ha constituido un antes y un después en mi vida.
Comencé el Taller con un poco de desconfianza en mí misma, creía que no lo iba a entender bien, pero me puse en manos de Jesús y todo ha rodado estupendamente. Las charlas que impartió la Guía en la Parroquia y el Taller me conquistaron y me ilusioné como una niña pequeña.
Agradezco el “empujoncito” que me dio Jesús, porque he aprendido muchas modalidades de oración. Y además he convivido con un grupo de personas estupendas, los amo mucho, nos llevamos fenomenalmente. Hemos participado todos sin ningún problema.
El desierto ha sido el colofón final, el tiempo que estuve en el templo, frente al Sagrario, fue transformante, me ayudó a entender y sanar cuestiones del pasado, todo quedó resuelto. Muchas gracias a todos y a nuestra Guía, María Teresa.
Paqui Cupido
Me enteré de que se iba a impartir un Taller de Oración y Vida en la Parroquia y me apunté. La sensación que tengo, al terminar mi Taller, es que le ha dado sentido a mi vida, pues la Palabra de Dios me ha llenado por completo, me ha enseñado mucho. Me ha hecho conocer a Jesús de primera mano, siempre ha estado presente en mi vida, pero ahora es diferente, oro y comparto con Jesús y mis hermanos. Me ha llegado al fondo del alma.
El Padre Ignacio Larrañaga ha tenido mucho que ver en todo esto, nos ha dejado un gran legado y unos guías deseosos de transmitir sus enseñanzas y de compartir con nosotros todo lo que ha supuesto el Taller. Muchas gracias por todo.
Mari González
¿Qué ha sido para mí el Taller de Oración y Vida?
Realicé hace algunos años un Taller, pero escuché a mi párroco decir que se iba a realizar un Taller en la parroquia Nuestra Señora de La Palma y sentí muchas ganas de repetir la experiencia, pensé que era el Señor el que me lo ofrecía, para conocerlo un poquito mejor. El Taller me serviría para mi vida parroquial, para mi familia, para mi vida social, todo mejoraría y así ha sido.
No he faltado ni a una sola sesión y ha sido maravilloso, al igual que el desierto, un encuentro con el Señor que me ha ayudado mucho con todas las cuestiones de mi vida, en todos los ámbitos.
No puedo terminar sin dar las gracias a mi párroco, Juan José Marina, a la guía y a todos mis compañeros, también al padre Ignacio Larrañaga, por sus enseñanzas y su buen hacer. Mil gracias.
Testimonio R.S.
Una tarde, justo antes del verano, me encontraba sentada en la Iglesia, pasando las cuentas de mi rosario mientras le rogaba a Nuestra Madre que pusiera en mi camino a las personas adecuadas para que mi fe madurase aún más. Entonces entrecrucé, casualmente, una mirada cómplice con una señora que se hallaba en el banco de atrás. Al terminar el rosario, aquella señora se me acercó preguntándome si me podía regalar una medalla de la Virgen Milagrosa, a lo que asentí entusiasmada.
Me dijo que María la había instado a hablar conmigo y aquello me conmovió. Teresa acababa de instalarse en Algeciras y pretendía impartir en la Parroquia de La Palma una charla sobre Nuestra Madre y organizar, a posteriori, un Taller de Oración y Vida del padre Ignacio Larrañaga.
Estaba muy emocionada, no solo por haber conocido a Teresa, que no mucho más tarde se convertiría en un referente para mí, sino porque ansiaba participar en ese Taller de Oración, y aunque tuve que esperar seis largos meses (verano y entrada de otoño), la espera mereció muchísimo la pena.
He aprendido que orar no es rezar. Y es que orar no es establecer un soliloquio o hablarle a un Dios caprichoso escondido en alguna extraña dimensión, sino que Dios está en nuestro interior y que no pierde la esperanza de que queramos dialogar con Él. Dios responde siempre…, eso sí, a su manera. Que no hay una sola forma de hacer oración, sino varias, totalmente desconocidas por mí hasta ahora, que la persistencia es garantía del afianzamiento de nuestra relación con Dios, y que es posible sustituir una visión egoísta de la vida por una mirada agradecida, fruto de una interioridad sana, labrada en la confianza absoluta en Dios.
Y no solo me gustaría dar las gracias a Teresa por su altruista y ejemplar dirección, sino también a todos y cada uno de mis compañeros, en los que he visto el reflejo de Dios en cada sesión.
Blas Almenara Montoya
El Taller de Oración y vida ha supuesto para mí una explosión de fe. Me he sentido muy bien, muy realizado, ha sido una experiencia gratificante y compartida con unos compañeros que han aportado mucho a mi madurez personal y religiosa. Me he dado cuenta de que cuando creo, amo y cuando no creo, no amo; es decir, cuanto más cerca estoy de Dios, más cerca me encuentro de mis hermanos y cuanto más me alejo de Dios, menos amo a mis hermanos.
Me gustaría mucho compartir la reflexión que escribí en mi desierto: “Ahora que estoy en el desierto y me encuentro en oración, me percato de que el silencio me lleva a una calma interior que parece que todo se detiene en el tiempo y este no pasara. Sin embargo, mis pensamientos sí que pasan y me hablan de la naturaleza, esta pertenece a Dios y es muy sabia y me envuelve en una vivencia casi extrasensorial. Mis sentidos se agudizan cada vez más, pues percibo el canto de los pájaros, la brisa fresca de la mañana y el sonido que producen las gotas de lluvia al impactar con el suelo o la ventana.
Todo ello me lleva a recordar el pasaje del Génesis en el que dice:” Cuando Dios creó el mundo, a Dios le pareció bueno”, por ese motivo lo creó. Si a Dios le pareció bien, a mí también me parce bien y muy necesario.
Me surgen preguntas existenciales, como, por ejemplo, ¿quién soy yo?, ¿de dónde vengo y a dónde voy? Pues yo soy uno más de la creación, no merezco tanto honor, pero Dios se fijó en mí y me puso en este mundo y me salvó con su muerte en la cruz.
Bendita cruz, yo te imploro y te rezo en este bendito templo de Nuestra Señora de La Luz de Algeciras, porque te quiero, Señor, porque te amo, Señor, porque me siento como un elegido tuyo, ya que no hay mayor honor que ser creación tuya. Gracias, Señor, por tu perdón y Misericordia. Tu muerte nos redimió, Señor, nunca lo olvido.
Eres mi Dios, el único que ha podido hacer de mí un hombre nuevo, un hombre que valora tu sacrificio, tu Santa Voluntad y que me ha dado la oportunidad de compartir y disfrutar este Taller con mis compañeros en este desierto, un desierto lleno de Dios, lleno de silencio. Por medio de esa cruz haces todo vida, hasta el silencio se escucha”