Durante los días 17 al 19 de noviembre de 2023 en la casa de retiros Redentorista de la Sagrada Familia en Lahug, Ciudad de Cebú, se ha celebreado la Jornada de Convivencia Fraterna.
Cebú acaba de celebrar 500 años de catolicismo para conmemorar la introducción del catolicismo cuando Magallanes, liderando una expedición española, llegó a Filipinas en 1521.
No fue solo una reunión, sino una celebración de la Oración y la Vida de los Guías. Con 188 guías provenientes de las cinco Coordinaciones Nacionales (Australia, Filipinas Norte, Filipinas Central, Filipinas Sur 1 y Filipinas Sur 2), el encuentro fue una extraordinaria reunión de guías que respondieron a la misión del Señor. Bajo el lema «encender el mundo en llamas», el evento contó con la presencia de la Coordinación Internacional TOV, la hermana Lorena Rodríguez, Coordinadora Internacional, la hermana Puri Vilar, Secretaría Internacional y la hermana Mercedes Sanz, Tesorera Internacional.
Los aspectos más destacados del encuentro de tres días fueron diversos e inspiradores. El primer día, se dio la bienvenida y se presentaron las diferentes Coordinaciones Locales.
El primer día también se celebró una Eucaristía oficiada por el Reverendísimo Obispo Guillermo Afable de la diócesis de Digos. El segundo día estuvo marcado por las palabras dirigidas por parte del Equipo Internacional y el intercambio de diversas actividades misioneras. Lo más destacado del segundo día fue la muestra cultural, en la que se mostraron los diversos talentos de los Guías, así como el significativo intercambio de regalos.
El tercer y último día culminó con la eucaristía de clausura con su Excelencia el Reverendísimo Arzobispo José Palma, de la archidiócesis de la ciudad de Cebú, que incluyó los ritos de compromiso para renovar la fidelidad del guía a la misión.
Las Jornadas de Convivencia Fraterna fueron más que una simple reunión; fueron una señal de comunidad, compartir e inspiración que incendiará el mundo. También hemos logrado, como una sola familia unida, reunida con un espíritu que impulsa aún más a seguir adelante en la misión, la profecía del padre Ignacio de que los filipinos somos la luz de Asia, es también el desafío que nos han planteado el arzobispo Afable, el Arzobispo Palma y el Fr. Boy, con amor en nuestros corazones por Dios, para incendiar el mundo, el compromiso de ir a donde el Señor nos indique y seguir viviendo nuestra espiritualidad de una vida de oración, desprendimiento y humildad y haciendo realidad el sueño de oro de Jesús, la fraternidad.