En verdad un retiro hermoso…el saber que el Señor me lava todos los días y me purifica porque me ama y que cada amanecer me visita para renovarme como el águila y colmarme de su gracia y su ternura; así mismo me infunde aliento porque me dice ´no temas, sé valiente, Yo Estoy contigo a donde quiera que vayas y jamás te abandonaré´. Todo esto me deja paz y mucha fortaleza.
¡Gracias! Shalom Ma. De la Luz (San Luis de la Paz, Guanajuato)
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Fue un placer tomar este retiro, por cuestiones de trabajo no pude conectarme dos días, pero lo seguí con el material impreso. Les comparto que estoy pasando por una situación complicada en mi matrimonio y este retiro fue esa respuesta que Dios me dio, pues le he estado suplicando que me ayudara a tomar una decisión, pero de acuerdo a su Voluntad y no a la mía; había mucho miedo, mucha inseguridad en mi persona, en resumen, no estaba dejando actuar a Dios, estaba actuando yo con mis acciones torcidas. Ahora sé que este retiro es la respuesta a esa súplica.
Dios les bendiga abundantemente. Sandra Ramírez (Querétaro)
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El retiro me ayudó mucho a calmarme, confiar y abandonarme en las Manos del Padre. Dios las bendiga. Gisela Marín (Querétaro)
Padre Bueno y lleno de bondad, mi Alma te bendice, te alaba y te da la gloria por tu amor derramado en este Retiro con los Salmos; pero sobre todo por tu inmensa compasión y misericordia borras mi culpa que experimenté a través del Salmo 51, fuera complejos de culpa, ahora soy libre, alegre, feliz y sentí cómo se fue de mí una carga de tantos años; dame un corazón puro, renuévame por dentro, dame un espíritu firme para no caer en tentación y ayúdame a ser misericordiosa y compasiva como Tú. Gracias Padre yo también te amo. Ahora con el Salmo 27 me dices NO TENGAS MIEDO “Tu eres mi luz y mi salvación ¿a quién temeré? Tú eres la defensa de mi vida ¿quién me hará temblar?” Ahora entiendo lo que decía padre Ignacio “angustiarse de nada, entristecerse de nada”. Si Tú eres la defensa de mi vida sólo me queda realizar el binomio HUMILDAD-CONFIANZA dejarme amar por Dios.
Shalom Verónica Pacheco (Querétaro)
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Mi alma está llena de gozo y gratitud, el Señor me conceda amar, perdonar, comprender a mis hermanos. Así como es él eternamente misericordioso, lo sea yo. Me ayudó también para seguir el camino de perdonarme a mí misma, sabiendo que Él me perdona y olvida. Y cómo Él me rescata, ayuda en mis acciones y actos a devolver esperanza y paz a aquel corazón que estando cerca de mí lo necesite. Retorno a la vida revitalizada, reafirmo mi esperanza en Dios. Y aprendiendo a conocer los Salmos en toda su riqueza, a saborearlos, a orarlos, a vivirlos. Shalom.
Conchita Pacheco (San Juan del Río)
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Esta experiencia en el Retiro me llenó de dulzura y ternura los primeros días; posteriormente el Señor me hizo ver con claridad lo que estaba obstaculizando mi entrega a Él: la autocensura. Acepto que, inconscientemente he bloqueado su amor y al tener actitudes autodestructivas he traicionado a Jesús, por lo que asumo el compromiso de ser más comprensiva conmigo misma, misericordiosa y paciente, vivir con serenidad. Estoy muy agradecida con mi PADRE, pues Él se inclina hacia mí, me mira con bondad, y al aceptar con paz mis equivocaciones puedo lanzarme en sus cálidos brazos y decirle día tras día ¡lávame Señor, límpiame y purifícame Señor, que quiero caminar a tu lado!
Liliana Hernández (Querétaro)
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Grande es el Señor al habernos regalado estos momentos con Él a través de estos bellos Salmos. A mí me costaban trabajo los Salmos; sé que Él me ayudará en mi esfuerzo ¡Qué gran consuelo para mí es su Misericordia! Porque me conoce y por eso me perdona y no se cansa de perdonarme. Aquí reconozco mi pequeñez e ingratitud, pero también sé que Él es el Amor y de mil maneras me dice que me deje amar. Trabajaré entonces más y más con humildad. Shalom, muchas gracias.
Ofelia García (Tijuana Oeste)
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Fue un hermoso momento de oración. Sólo Dios tiene palabras de vida, de esperanza, de ternura, de misericordia, de su infinito amor. Les comparto que el texto de Josué hace algunos años transformó mi vida. Saber que mi Padre me ama y que está conmigo en todo momento me llenó de alegría. Varias veces he leído ese versículo y gracias a Dios siempre me fortalece y me hace sentir su gran amor. Cuántas palabras tan profundas en el Salmo 51 que me permitieron tener un verdadero diálogo con mi Padre. Sólo Dios puede reestructurarme. Sólo Dios puede ser mi Salvador. En sus Manos todo lo que soy y lo que tengo. Gracias.
Amelia (San Juan del Río)