Siete años han transcurrido desde el día en que el Señor llamó a su encuentro a nuestro querido padre Ignacio. Qué gran gozo debió ser ese encuentro, lo que él deseaba y lo que siempre buscó, estar Cara a Cara con su Dios:
“Y, cuando mi tarea en este mundo
estuviere acabada, oh Rey de Reyes,
solo y en silencio,
permaneceré delante de Ti,
cara a cara.”
Hoy te pedimos: Padre Ignacio intercede por nosotros tus hijos espirituales, los Guías del mundo entero, los herederos de tu Obra, para que permanezcamos fieles a la espiritualidad que recibimos de tus manos. Y para que pronto, cuando las circunstancias lo permitan, podamos llevar vasos de consolación, impartiendo los Talleres como tú nos enseñaste, con alegría y fuego de la mano de Jesús, continuando con nuestra misión evangelizadora.