Me gustó muchísimo este Retiro, una enseñanza maravillosa del silencio de María. Sobre todo cómo entraba en el círculo de la tempestad con silencio. Me ayudó a tenerla como ejemplo de mujer creyente. A sufrir en silencio, a no quejarme de todo; a vivir el Hágase, a entregarme y a no renegar. Yo debo ser como ella.
Angélica Ávila Villa