El retiro para matrimonios fue una experiencia maravillosa ya que contamos con el tiempo y la convivencia las 24 horas, en las que pudimos hablar de las cosas que nos molestan o que nos pesan en el alma: las cargas, desánimos, contrariedades y desilusiones; tuvimos la ocasión de desahogarnos, de manifestar comprensión, compasión y resolver los conflictos en oración; aprendimos que para tener un matrimonio fuerte, unido y feliz es pasar tiempo juntos practicar las cosas del espíritu: leer la palabra, orar, y amar a Dios teniéndolo presente siempre.
Patricia Munar y Jairo Díaz