«Antes de que comenzara esta nueva situación, a principios de año, estaba pensando en las ganas que tenía de hacer un retiro, lo necesitaba. Ya planeaba hacer uno de los que me hablaron que sería en abril. Estaba haciendo mis planes, pensando en cómo organizarme y de repente nos hallamos confiscados en casa y con miedo por tener que salir a trabajar cada día. Como se suele decir ”el hombre propone y Dios dispone”, Le estoy muy agradecida porque me ha regalado este retiro, como alguien ha escrito por aquí, sola pero tan acompañada a la vez. Gracias porque no paramos de aprender, de descubrirnos a nosotros mismos en nuestras carencias, necesidades, tan necesitados del amor de Dios y de recibir sus gracias para ir creciendo interiormente y así poder dar lo mejor de nosotros a los demás. Gracias por hacerlo posible.»