«La vida se paró. Nos dejó encerrados lejos de nuestros seres queridos. Todo se ha detenido. Sin embargo, esta parada nos ha dado tiempo. Un tiempo que hace mucho yo no tenía o simplemente no sabía disponer de él. Lo he aprovechado para hacer muchas cosas pero aún así me encontraba vacía. Como últimamente lo estaba. Vacía y llena de prisas. Este retiro me ha dado la oportunidad de pararme aún más. De decidir «este tiempo es mío» y como tal se lo voy a dedicar a Él. He comprobado que está ahí, como siempre esperándome. Ahora cada día más necesito de esos «tiempos fuertes». Solo pido al Espíritu Santo que aumente mi Fe y no me deje ni un momento. Solo una última cosa. A la persona que me habló de este retiro solo puedo decirle: GRACIAS, Él ya sabe quien es. Gracias por darme esta oportunidad.»