Este espacio sagrado ha sido para mí muy renovador. He hallado paz, amor y comprensión de Jesús hacia mí.
Él ha renovado mis fuerzas para continuar el camino de la vida y de la fe. Por eso le agradezco infinitamente por todos los medios que pone delante de mí para buscarlo, conocerlo, amarlo y servirle.
Agradezco a mis compañeras y compañeros de camino en el Taller de Oración y Vida, pues con su presencia y testimonio me animan y me ayudan a seguir y dar siempre lo mejor de mí misma.
Jesús me hizo saber que aunque soy joven y creo lograr hacer “todo”, no es cierto, yo misma me he estado engañando porque no soy autosuficiente, eso es un pecado; necesito de Él, de su fuerza, de su ayuda, de su gracia y sobre todo, necesito de SU PRESENCIA EN MI VIDA Y DE SU AMOR.