El cambio que he sentido en mi vida y en la comunicación con Dios es asombroso. Aprendí a hablar con Dios y a tomarle más gusto y sabor a la oración. Me siento más unida y amada por Dios. He logrado compenetrarme tanto en la comunicación con Él, quitarme la venda de los ojos y los tapones de los oídos para ver y escuchar lo que Dios me dice cuando le digo que se haga su Divina Voluntad en mi. Ha sido palpable este testimonio. Hoy soy otra persona y tratando de mostrar cada día que Dios esta en mi.
Nuevamente gracias por ese taller. Me gustaría repetirlo.
Myriam Garzón
Funza, Cund.,Colombia