Ayer en la mañana he quedado anonadada…Lucy, nuestra querida amiga y Guía Lucy de Hoyos había partido a la casa del Padre en forma repentina.
¡Qué sentimientos encontrados vinieron a mi corazón!
Que difícil me resulta escribir palabras que la representen noblemente como amiga, y Guía de Talleres. Llegan a mi mente de manera desordenada recuerdos vividos junto a ella.
La conocí en el año 2009 y luego compartimos hasta el año 2015 de una manera muy cercana. Fue una FIEL, Y COMPROMETIDA Guía con la obra de Talleres de Oración y Vida llevando de manera admirable todo lo que significaron las Semanas de Culminación en México.
Su alegría contagiosa muchas veces nos hizo salir del paso en momentos difíciles que siempre hay en la vida. Previsora y detallista en los asuntos de organización para que todo saliera bien, o muy bien. Trabajadora incansable, confiando siempre en Dios y recurriendo Él en cada instante. Enérgica y cariñosa a la vez, ejemplo de un Guía en ejercicio de una función. Su generosidad sin límites emocionaba y nos hacía sentir queridos, amados; olvidada de sí misma y muy abierta a los demás. Quizás algunos la vieron dura en primera instancia pero inmediatamente descubrían su bondad, con la que me privilegió tantas veces. Comentábamos con padre Ignacio que detrás de una primera impresión había un gran persona cargada de humanidad, simplemente un regalo para los Talleres. Fui testigo innumerables veces de sus actos de humildad para bien del otro.
Agradecida Dios de haber tenido a Lucy junto a mí en los años de mi desempeño de la función como Coordinador Internacional.
Descanso y paz para ti querida Lucy, sé que estás gozando de la dulzura inexplicable junto al Padre y eso me consuela y fortalece. Hasta pronto hermana y amiga.
¡Gloria a ti Señor por la hermana Lucy a quién escogiste un domingo para llevarla contigo a habitar en tus dulces moradas! ¡Eres digno de alabanza!
Sara Sepúlveda de Gutiérrez. Santiago de Chile, febrero 26 de 2018
Homenaje a Lucy de Hoyos