El cambio en mí fue super bueno, ahora tengo mejor comunicación con mis familiares y amigos, eso me enseña a que no debo dejarme llevar por los males de este país.
El estar a solas con Jesús me gustó mucho porque pude reflexionar, pensar y solucionar muchas cosas, problemas, dudas y sentí un gran alivio al poder comunicarme con él, el silencio es la mejor forma de orar.
Leidy Yulitza, 15 años
Testimonio Adolescente