Hay diferentes motivos para escribir la biografía de alguien. En el caso de la biografía escrita por Padre Camilo Luquín sobre P. Ignacio Larrañaga, “Una aventura del espíritu”, el objetivo fue uno solo: Mostrar cómo Dios fue apoderándose de su vida desde su más tierna infancia, ya que el amor apasionado por Jesucristo se inició como herencia oral de las vivencias expresadas por su padre cuando compartían en familia por las noches.
La oración fue el tesoro que dio sentido a toda su vida. Fue un sereno sumergirse “en el abismo de las insondables riquezas de Cristo”. Su pasión por la música y la amistad con Dios fueron las dos fuerzas embriagadoras de su juventud, y en realidad, lo serían durante toda su vida.
Los molinos de Dios muelen despacio. P. Ignacio hubo de vivir los tiempos de espera de la manifestación de Dios en muchos momentos de su vida. Pero éstos tuvieron su sentido y sostuvieron su esperanza, gracias a una vivencia de gracia infusa una noche en un pueblito de Navarra.
Experimentar que el amor de Dios Padre es un amor gratuito, eterno, que Su Voluntad es que seamos felices, le condujo a la necesidad imperiosa de comunicar una y otra vez que lo esencial era aprender a dejarse amar por Dios, porque sólo los que se sienten amados aman. Fue el inicio para que se anidara en él la certeza de que no hay fracaso posible para el que se abandona en las Manos Todocariñosas y Todopoderosas de Dios, ya que aprender a soltar “los imposibles” ante hechos o situaciones en las que no hay nada más que hacer, es una fuente de liberación y de paz infinita.
Toda su labor, siguiendo la inspiración del Vaticano II, de retornar a las fuentes originales de los carismas de cada Institución religiosa, y en este caso la franciscana, no sólo le llevó a motivar a través de las semanas de renovación del espíritu franciscano a los integrantes de los distintos países, sino le llevó a Asís en un momento clave de su búsqueda y crecimiento espiritual, enriqueciéndose de la vivencia de Francisco de Asís.
“Que Dios sea Dios en ti, eso basta, y eso te hará libre… entonces podrás atravesar el mundo con la tranquilidad de los grandes ríos” indicaba Francisco a su compañero Rufino, turbado por sus aprensiones acerca del verdadero camino a seguir para encontrar a Dios.
“Una vida con Dios es por necesidad liberadora” rescata P.Camilo Luquín de los distintos escritos de P.Ignacio. Porque Dios es Aquel que nunca deja en paz pero siempre deja la paz… siempre abre espacios nuevos de libertad, porque “siempre hay un Egipto del cual salir”… y El hace posible una verdadera reconciliación con uno mismo y con los demás; El es el único camino real para una realización en el amor.
(Basado en el Libro de Padre Camilo Luquín “Una aventura del Espíritu. Vida y obra de Ignacio Larrañaga”)
